sábado, 11 de junio de 2011

Aquí extrañandote

Amanecí extrañándote
con una cortina que dejaba pasar al viento por mi cara
con mis ojos viendo en la almohada tu silueta callada
con ese aroma de viejo que no me quito de encima,
han pasado dos semanas de tu partida
y ya lo siento en las rodillas, en los pulmones
en este cuerpo que grita hacia dentro que lo deje de joder,
que regreses a darle vida a mis días
a mis noches calurosas, que regreses a empapar
de tu sudor mi piel seca, a subsanar el daño de las botellas
vacías, de Sabines y de flores en entierros tristes.
Quiero sentirme correspondido por la muerte
de mi anhelo, saber que lo merecía, que fuiste feliz
y que fui feliz mientras duro, que no necesito lloriquear
que no necesito tus besos y el amor puede descansar en paz.
Deje de ser el mismo hace tiempo, y tú que decías
que con la distancia yo mejoraba
que me hacía mas bueno,
ya estabas harta de mi y le dabas vuelta a nuestro entierro
ya estabas harta y se notaba
yo nunca mejore, solo alentaba a tu esperanza de mi
aunque nunca te engañaba.
A pesar de todo amanezco extrañándote,
recostado sobre un colchón nuevo que no le conmueven
mis pesares,
con un viento que consume con rapidez mi cigarro,
que no me deja añorarte.




Carlos Soto 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario