domingo, 19 de junio de 2011

Inicio del amor

Tanta suerte de tenerte y yo sentado aquí,
imprecisa labor de amarte siempre con la constancia de mis celos
quisiera esconder en tu falda este temor a perderte
documentar cada vez que me dices te amo
para dejar  crecer en tus ojos mi amor intranquilo.

Suave palabra es el amor bello que profesas, que no me deja sereno
es como cada vez que te digo que pases, que dejes de tocar, carajo
la casa es tuya, porque tu la construiste, porque lo recuerdas
con cada disgusto, cada vez que pregunto por tus huesos
por las pisadas de madrugada, pero no vuelves de repente
y al volver si me amas,
y yo sigo con la angustia, del amor que no se acaba, porque es tuyo
porque lo hiciste tu y lo sustentaste en Dios.

Quiero comenzar a escribirte en las líneas de mi paz
de la confianza, de la sinceridad callada que me hace amarte por cada
vez que te veo en la estancia de mis anhelos
en mis letras que aman tu amor, que gritan tu amor. 


Carlos Soto.

lunes, 13 de junio de 2011

Para que me sigas leyendo

Y cuando se van secando mis lágrimas
por leerme tan seguido
siento débil mis manos
y aburrida a mi conciencia

Dan tantas ganas de  conocer a cualquiera..
para que me enamoren, para que maten
para robarle a una boca  dos horas de besos
para tener excusas para escribirte algo

Para que me sigas leyendo
para seguirte contando con puntos y comas
de lo hermoso del paraíso de tu carne, de mis besos, de nuestro amor
de tu historia sin roles, sin ganas y a destiempo

Por eso te aplaudo a ti
a los que me leen, a los que entienden y a los que no les importa
porque hay pupilas que me gritan ‘escribe’!!!
porque la tinta empapada en café es el cielo de los tristes


Roberto Molina

Para mi segura amiga en un futuro muy próximo. Lupita Ochoa.

sábado, 11 de junio de 2011

Aquí extrañandote

Amanecí extrañándote
con una cortina que dejaba pasar al viento por mi cara
con mis ojos viendo en la almohada tu silueta callada
con ese aroma de viejo que no me quito de encima,
han pasado dos semanas de tu partida
y ya lo siento en las rodillas, en los pulmones
en este cuerpo que grita hacia dentro que lo deje de joder,
que regreses a darle vida a mis días
a mis noches calurosas, que regreses a empapar
de tu sudor mi piel seca, a subsanar el daño de las botellas
vacías, de Sabines y de flores en entierros tristes.
Quiero sentirme correspondido por la muerte
de mi anhelo, saber que lo merecía, que fuiste feliz
y que fui feliz mientras duro, que no necesito lloriquear
que no necesito tus besos y el amor puede descansar en paz.
Deje de ser el mismo hace tiempo, y tú que decías
que con la distancia yo mejoraba
que me hacía mas bueno,
ya estabas harta de mi y le dabas vuelta a nuestro entierro
ya estabas harta y se notaba
yo nunca mejore, solo alentaba a tu esperanza de mi
aunque nunca te engañaba.
A pesar de todo amanezco extrañándote,
recostado sobre un colchón nuevo que no le conmueven
mis pesares,
con un viento que consume con rapidez mi cigarro,
que no me deja añorarte.




Carlos Soto 

viernes, 3 de junio de 2011

Verte y de paso

Te junte la vida que me queda en un baúl,
los besos de mañana, los soles
las partidas de ajedrez, el café 
y ese humo de cigarro que tanto odiaste
ábrelo cuando quieras, a tu regreso, a tu ausencia…


No se volver del pasado, y tengo ahora tantas cosas acá, que busco volver,
más no sé cómo hacerlo, he creado tantos fantasmas que rondan mi casa,
me dicen que hacer,
¿a dónde ir?, ¿cómo sentir que están aquí amores pasados?, ¿cosas simples que me hacían reír?

Ahora es más complicado, mirar amigos tan distintos y reírme para deleitar mis nuevos instintos
y es reconocer estos nuevos rumbos lo que me hace querer quedarme en el pasado,
e insisto en despistar los días para vivir como antaño, confiar en todos, creerme bueno
aunque ya no lo sea.

Quiero corregir todos los errores, esta necesidad de añorarte duele,
quiero quedarme atrás para decirles que si las amé,
que fui infeliz porque busque infelicidad, porque no olvide las primeras lágrimas ajenas
que tocaron mi mejilla.

Volver a verme al lado de mi madre, ahorrar las lágrimas que sus ojos amaron
ver crecer las arrugas de mi padre, decirle que no venda el coche, repararlo juntos
todos me dicen que soy de allá, probablemente sea la música, los versos, las musas…
Tal vez alguna parte se quedo atrás,
no obstante tus ojos me arrastraron a este cielo,
el tiempo sigue, no basta decirlo.

Soy alguien más común, que cree que las cosas de antes eran mejores.
Soy alguien más sincero que olvido buscarte en la parada, en la capilla, en la plaza,
espero tu llegada con fines concretos, no quiero hacerme famoso ni decir de mí que
te deje partir,
quiero probar besos húmedos sin rencor, amar sin ser amado y amado por necesidad
velar por tu regreso, volver del pasado, sangrar de mi sangre
fruto, vida plena, amor justo,

Robo día con día ideas del viento, las junto y no creo nada,
olvido que estas lejos y promuevo la abstinencia,
no logro crear nada pero te extraño, te veo en un automóvil y en otro, en el tren al pasar
y no me vez.
Creo ideas de ti y no logro ver nada,

Quiero volver del pasado y que estés aquí, que estén todos aquí.


Carlos Soto

miércoles, 1 de junio de 2011

Y la carne caliente

Hoy me siento atrapado
atrapado entre la pasión y tus recuerdos
porque cuando dejamos de ser uno mismo
pensé que jamás me harías sentir la carne tan caliente…

Y hoy después de un lustro, con la noche fría
y con la cama tan vacía, aun te recuerdo
y trato de recordar solo tu silueta perdida en la mía
pero es imposible no llenarme el pecho de tanto amor

De tanto amor que alguna vez sentimos
que sentimos cuando jugábamos…
 cuando jugamos a escondernos dentro uno del otro
cuando se terminaba la responsabilidad y empezaba el riesgo

Como hago para recordarte sin sentir tu aliento?
como decir que por fin lo logre?
que encontré a mejores conmigo y peores sin ti…
y que lo tuyo fue solo un hermoso verbo

No puedo, no me imagino haber vivido sin tu cuerpo
sin conocerte, sin perderme en tu cabello, en tus deseos
y me digo  ahora  tan solo y sin ti
que tu cuerpo, tu amor y tú, fueron mi más grande perdición…


Roberto Molina